Ataque
Antes de atacar
Guardamar los genoveses persuadieron a Pedro I para que atacara la torre que
defendía las salinas de la Mata, aunque se había reforzado su guarnición con
diez arqueros, los castellanos no tuvieron ningún problema para tomarla y
prenderle fuego.
El rey castellano en
1359, después de reorganizar su flota de la catástrofe que había sufrido en la
playa de Guardamar, y a pesar que las galeras del rey de Portugal aún no se habían
unido a su flota, salió rumbo a Cartagena para presentar batalla a los aragoneses.
“(…) salió con 18
galeras suyas, y quatro leños, y con ochenta naos, y con diez galeras de
Mahomad rey de Granada, y venían muy bien armadas, y traya muy principales
capitanes consigo (…)[1]”
Por un prisionero,
se sabía que el rey castellano estaba construyendo máquinas de asedio en
Murcia, mientras que en Cartagena estaban entrado galeras cargadas de trigo y
armamento para abastecer un ejército de asedio. La guarnición de Guardamar
también se estaba preparando aprovechando el material que había recogido de las
galeras abandonadas por los castellanos en la playa. El rey castellano entró en
el puerto de Cartagena y preparó el cerco de la villa y el castillo de
Guardamar. Esta vez bloqueó la ciudadela por tierra y mar, los defensores de la
villa después de resistir un par de días el envite de las tropas de asedio, no
tuvieron más remedio que rendirse a los castellanos. Pedro IV de Aragón (“el
del punyalet”) consideró que los defensores del castillo rindieron la fortaleza
sin ofrecer la resistencia requerida, y en castigo degradó a la población de
Guardamar a la categoría de aldea de Orihuela. No recuperaría la categoría de
villa hasta 1692 reinando Carlos II.
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