El Reloj de la Torre

El Reloj de la Torre: Como ya dijimos en un artículo anterior la obra de la Torre de la Iglesia  en el mes de junio de 1883 estaba paralizada. El campanario era imprescindible para ubicar tanto el reloj como las campanas que trasmitían el sonido de los cuartos y las horas. Avisaban de los rezos, del principio y final de la jornada, de la muerte de un parroquiano o de la existencia de un peligro inminente.
El Ayuntamiento estaba dispuesto a terminar las obras para colocar el reloj público y las campanas, a pesar de que las arcas estaban vacías, pues carecían de reloj desde la destrucción de la anterior torre de la iglesia por el terremoto de 1829.
Después de realizar una cuestación voluntaria entre los vecinos, se reanudaron las obras de la nueva torre. A pesar de que el reloj no estaba todavía adquirido, el Ayuntamiento decidió nombrar a Antonio Romero Soler como encargado del Reloj Público y comprar uno -que fuera de construcción sólida y moderna- y además de las horas que sonaran los cuartos.
Finalmente el reloj se había comprado a plazos, dando una cantidad a cuenta, ofreciéndose como fiadores varios propietarios de la localidad. El coste total de dicho reloj fue 1.740 pts., el primer plazo se pagó a Tomás Alemany en octubre de 1884 por un importe de 240 pts.
Con mucho esfuerzo por parte del vecindario, tanto pecuniario como de prestación personal con su trabajo, se pudo levantar la torre a finales de 1883, montándose las ansiadas campana y el “magnifico reloj de repetición”, aunque la torre no llegó a finalizarse del todo hasta 1910 pues le faltaba la cúpula. El día en que se inauguraron las campanas y el reloj, se organizó una gran fiesta donde todo el pueblo participó con gran alegría, la fiesta duró cuatro días y en ella se lanzaron cohetes de fuegos artificiales, y la banda militar de Callosa dirigida por José Estany Manresa actuó con diverso pasacalles amenizando la alegre Villa, cobrando por esta actuación 300 pts. Esta banda era muy apreciada por los vecinos de Guardamar, actuando en la fiesta de San Jaime de 1883, e incluso el 31 de diciembre de 1882 se contrató para amenizar la misa cantada de año nuevo y posteriormente por la tarde dar un concierto en la Plaza de la Constitución.
A pesar que con la cuestación se pudo pagar la obra de la torre, no fue suficiente para cubrir el importe total del reloj. Para solucionar el problema el Ayuntamiento convocó un pleno extraordinario el 10 de junio de 1885 a las ocho de la noche, con todos los mayores contribuyentes asociados del Ayuntamiento para buscar una solución al pago del reloj y así evitar el expediente de apremio a todos los fiadores que de buena fe se prestaron a avalar dicha cantidad.
Por votación se acordó formar una comisión para proceder al reparto de las 1.740 entre los vecinos más pudientes, con un incremento de esta cantidad del 6% para cubrir los posibles fallidos y los gastos de la formación de dicha comisión.
La comisión estuvo compuesta por: Manuel Lucas Ortiz(terremoto), Manuel Pérez Aldeguer, Rosalino Pérez Hernández(futuro Alcalde), Rafael Aldeguer Vidal(dueño molino agua), José Morante Gómez, José Andreu Aldeguer, Joaquín Viudes Hernández y Vicente Ramos Blasco(carpintero).
El 13 de marzo de 1887 se presentaron las cuentas del reparto para pagar el reloj, por el encargado Manuel Andreu Beltrán, resultando 1.855,81 pesetas, por lo tanto resultaba un superávit de 167,91 pts. 

José Viudes Amorós. Vocal de l’Institut d’Estudis Guardamarencs.

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