Genética de los españoles
Uno de cada tres españoles tiene
marcadores genéticos de Oriente Medio o el Magreb
La revista
científica ‘American Journal of Human Genetics’, publicó en su mas
reciente edición los resultados de un estudio realizado en la península Ibérica
por un equipo internacional de investigadores compuesto por científicos
británicos, españoles, portugueses, franceses e israelíes. El grupo de
investigadores que estuvo dirigido por el británico Mark Jobling de la
Universidad de Leicester realizó un estudio genético entre 1.140 hombres de 18
poblaciones de la península y las Islas Baleares para determinar los orígenes
genéticos de la población española. A raíz de este estudio se puede producir un
interesante debate entre las pruebas científicas aportadas por genética y la
historia, pues según las conclusiones del estudio “un 10% de la población
actual tiene características genéticas propias de los habitantes del norte de
África y un 20% de los judíos sefarditas”.
Para llegar a esta
conclusión, los científicos comenzaron a trabajar en el 2000 en un estudio en
donde recogieron muestras de 1.140 hombres de 18 poblaciones de la península y
las Islas Baleares. El grupo de científicos llevaron a “cabo un análisis del
cromosoma Y, únicamente presente en los hombres y que se transmite de padres a
hijos”.
Si para el 10% que
procede de los musulmanes norteafricanos apenas hay dudas, los marcadores
genéticos para distinguir el 20% con ancestros sefardíes, puede haber una
cierta distorsión debido a que los marcadores pueden proceder de movimientos
más antiguos, de los pueblos neolíticos que se desplazaron por el Mediterráneo,
o bien de los Fenicios que se establecieron en nuestras costas para comerciar
con la sal y los metales.
Contrariamente a lo
que se cree hay más genes norteafricanos en las provincias de centro de España
que en nuestras costas, para comprender esta circunstancia hay que tener en
cuenta el temor que hubo posteriormente a la Reconquista de un intento por
parte de los musulmanes de reconquistar el reino de Granada.
Este temor llevó a
los reyes a desterrar a los moriscos al centro de España para que no pudieran ayudar
a las fuerzas en un hipotético desembarco. Otra medida fue la prohibición de
que dichos moriscos a establecerse en las poblaciones costeras. Por esta causa
muchos habitantes de los pueblos del interior venían a buscar pareja a
Guardamar, pues un hijo nacido de una cristiana vieja era prueba de limpieza de
sangre y podría acceder a un empleo público.
José Viudes Amorós.
Vocal de l’Istitut d’Estudis Guardamarencs.
De l’estudi internacional dels marcadors genètics que se cita no dic res, però de les referències històriques d’esta entrada, en tinc els meus dubtes.
ResponderEliminarAixó que els reis deixaren la població morisca el centre d’Espanya en previsió de connivència en cas d’atacs de nordafricans xoca frontalment amb la realitat històrica. Anem a vore: en 1607 Felip III dicta el decret d’expulsió dels moriscos que, fins aquell moment, habitaven els territoris de la seua corona, que foren uns 300.000 en total. D’eixos 300.000, 135.000 corresponien al Regne de València, on representaven entre un 33%-34% de la població, 61.000 corresponien a Aragó on representaven el 20% de la població, uns 7.000 a Catalunya, uns 16.000 a Múrcia, uns 45.000 a Extremadura i a les dues Castelles i finalment a Andalusia 32.000. Són dades fiables que provenen del control dels agents reials responsables de l’expulsió. Un territori costaner com ho és el País Valencià resulta que retenia el 45 % de la població morisca de la península. A més si mirem la ubicació de les comunitats morisques en el territori valencià (segons Halperin Donghi) trobem que la distribució geogràfica entres comunitats morisques i cristianes no obeeix a cap criteri de proximitat o llunyania a la costa, sinó a altres, segurament més complexos de definir.
Per altra banda cal dir que els moriscos del Regne de València feien vida separada dels repobladors cristians, ja que vivien en un règim que podríem qualificar amb el modern terme d’”apartheid” i la mescla genètica entre antics pobladors “moros” i nouvinguts colons “cristians” fou pràcticament inexistent, ja des dels primers anys del procés de conquista i colonització cristiana. Això encaixa bé amb el mapa de la distribució de l’herència genètica nordafricana en els territoris peninsulars que pareix descriu l’estudi.
Francesc Aracil, membre de l'IEG
Paco no estoy hablando de los moriscos valencianos que fueron expulsados en 1610, obviamente estos, no dejaron ninguna impronta en la genética de los futuros españoles, salvo aquellos que se quedaron por renunciar a su fe o para enseñar a los nuevos colonos a a cosechar sus tierras.
EliminarHablo de los moriscos que se rebelaron en las alpujarras granadinas, que fueron deportados a las tierras de Castilla.
Un funcionario de Felipe II declaró en 1588 “Hemos de tener por enemigos declarados todos los moriscos, tanto mudéjares como nuebamente esparcidos por el Reyno de granada en las demás provincias, ciudades y villas de la corona de Castilla, y estos tenerlos por tan moros como los que están en Africa” (Boronat, Los moriscos españoles y su expulsión, vol, I, p.635.).
Más tarde en el reinado de Felipe III se consideraba que la política de dispersión había sido un error de cálculo repartirlos por todo el reino.(Duque de Lerma, Consejo de Estado, 1608, ibid. Vol. II, p 469.).
Según la revista American Journal of Human Genetics La genética y la historia ¿Cuál es en realidad el vestigio genético dejado por ocho siglos de presencia musulmana en España y muchos más de convivencia judía? En opinión de los autores del estudio la genética aporta algunas de las respuestas. Aquí puede que se encuentre una de las más sorprendentes revelaciones de la investigación, la correlación que existe entre la genética y la historia para contrastar datos históricos. Por ejemplo, los investigadores encontraron que la presencia de genes norteafricanos es mayor en la mitad occidental de España en las provincias de León, Salamanca, y Zamora, que en la mitad oriental de la península como en las provincias de Granada. De acuerdo con los datos obtenidos por el estudio “no hay evidencia de un gradiente sur-norte en los cromosomas norteafricanos. Más bien hay una divisoria entre el oeste (alta frecuencia) y el este (baja): la ascendencia norteafricana va de 0% en los Pirineos al 20% en Galicia y el 22% en Castilla noroccidental. Andalucía tiene uno de los índices más bajos.”
Siento que debido al poco espacio y a la premura de los artículos pueda inducir a algunos lectores a una interpretación diferente a mis deseos.
Gracias por tu comentario.
José Viudes.