Los Trastámaras
La elección del
nuevo rey tendría que hacerse mediante el acuerdo de los tres reinos que
componían la corona de Aragón. Finalmente, después de dos años de conflictos se
llegó al acuerdo de nombrar como rey a Fernando de Antequera, que era sobrino
de Martín y nieto de Pedro IV el Ceremonioso. El nuevo rey era consciente que
su elección no había sido unánime e impulsó una serie de reformas para ganarse
a todos los nobles.
Un nuevo conflicto parecía
que se avecinaba, porque el rey de Portugal pretendía casar a su hijo Pedro con
Blanca reina de Sicilia viuda de Martín el joven. Fernando de Antequera se
opuso a este matrimonio porque su intención era casarla con su hijo Juan. Vinieron
noticias de que los portugueses estaban preparando una armada con más de 300
barcos. En mayo de 1415 esta armada estuvo abasteciendo en Málaga y había
rumores de que se dirigían a atacar Mallorca. Pedro Bisbe síndico Guardamar,
dio aviso a Orihuela de que la flota se encontraba fondeada en Cartagena, que
había ordenado que los atajadores recorrieran la playa y los atalayas
estuvieran atentos para que cuando hicieran señales vinieran a socorrerlos cuanto
antes. Pero por fortuna sólo fue una medida de presión.
Algunos patrones de
embarcaciones solían ganarse la vida mediante el corso, abordaban las barcas de
comerciantes que encontraban en el mar y robaban la mercancía o pedían rescate
por las personas que apresaban. En 1417 pasaban frente a nuestra costa varias
barcas de Barcelona y de Valencia cargadas de trigo, le salieron al paso desde
Cartagena varias fustas de unos doce remos y vela latina, muy rápidas y ligeras,
que ponto les dieron alcance saqueando a los comerciantes. Desde Orihuela
requirieron al justicia de Guardamar para que las rescatara, éste mandó una
galeota al mando de Julián Mora para que diera alcance a los corsarios y
parlamentara con ellos. Una vez alcanzados los corsarios, Julián les conminó a
que restituyeran lo robado en virtud de la buena amistad que tenían con
Orihuela, los corsarios le devolvieron solamente un “llaud” propiedad de un
vecino de esa gobernación, prometiendo no volver a robar más a los de Orihuela.
Como ya hemos
comentado, una de los medios de ganarse la vida en esta zona de frontera era
entrando en las tierras de Granada y robar todo lo que podían. Pero como había
que atravesar tierra castellana, cuando éstos firmaron la paz con los moros, no
querían que la perturbara los valencianos, y cuando veían una partida les
arrestaban y castigaban, a pesar de las protestas que les hicieron, pues a los
moros que eran infieles no les detenían cundo cruzaban sus tierras para robar
en la vega baja del Segura.
La isla de Tabarca
era un refugio ideal para los corsarios berberiscos y granadinos, en 1421 se
instalaron en dicha isla, un grupo de corsarios con tres fustas que hostigaban
nuestras costas. Cansados de este azote, un grupo de voluntarios pidieron ayuda
a Orihuela que les concedió cuatro cahices de trigo y una tinaja de vino. Armaron
un leño que estaba atracado en Guardamar y junto a otra embarcación que vino de
Alicante, salieron en busca de los piratas, pero estos ya habían huido. Daniel
Tomás y Juan Álvarez, alfaqueques[1],
estaban en Almería negociando la libertad de un muchacho de Guardamar, que
había sido apresado mientras pescaba en la playa. Cuando pasaron por el puerto
vieron tres galeras que estaban haciendo acopio de alimentos y agua, se
enteraron que estaban mandadas por el pirata Beniaján, y que pretendía atacar
nuestra costa. Mandaron aviso por medio de unos comerciantes que salían hacia
Orihuela, para que Guardamar y Alicante estuvieran preparadas para repeler un
supuesto ataque.
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